El Tarot es algo más que un mazo de cartas usado para la adivinación. Es toda una filosofía vital que se expresa a través de imágenes con sentidos ocultos a nuestro intelecto, pero reconocibles por nuestro inconsciente colectivo. Las 56 cartas del Tarot son una auténtica guía para la vida que no sólo te revela tu destino: te ayuda a descubrir a la persona que eres y que podrías ser.
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¿De dónde proviene el Tarot?
El origen del Tarot es desconocido, pero sí tenemos referencias documentadas del uso de las cartas del Tarot en el siglo XIV en Europa. Si bien sólo se ha utilizado como un oráculo, en la forma básica que conocemos hoy, desde principios del siglo XVII.
Las imágenes que componen a cada una de las cartas del Tarot provienen de una gran diversidad de culturas, y en ellas podemos hallar arquetipos sumerios (el Carnero de El Emperador), egipcios (La Sacerdotisa) o medievales (Los Enamorados).
¿Qué es el Tarot?
El Tarot es un mapa simbólico de la conciencia. En él se puede contemplar el viaje a través de la vida que cada uno de nosotros realiza, pero no sólo el viaje material y consciente: el Tarot nos permite conocer, también, la travesía espiritual de nuestra esencia, el crecimiento de nuestra dimensión intangible.
Este mapa posee un sentido tan amplio que no se puede contener en las palabras habituales, y por ello se ha contenido en imágenes de amplia interpretación (la pasión por la vida, dijo un sabio, no se puede explicar, pero se puede transmitir). Imágenes que recogen diferentes tradiciones herméticas de la humanidad: la astrología, la Biblia, la Tora, el Corán, la numerología, la alquimia…
Las ilustraciones del Tarot son una mezcla atemporal y multicultural que pone en nuestras manos toda la sabiduría humana y espiritual, y nosotros podemos usarla para conocernos en todas nuestras dimensiones y para ver revelados los aspectos más urgentes de nuestro futuro.
¿Para qué sirve el Tarot?
La lectura del Tarot es una de las maneras que existen de adivinar el futuro, pero a diferencia de la astrología, que lo hace desde las influencias estelares, o el Libro de las Revelaciones orientales, que lo hace desde la numerología, el Tarot nos revela nuestra fortuna desde el autoconocimiento.
Podemos afirmar que el Tarot fue una de las primeras formas de análisis que existió, pues permite que el consultante vea reflejada su interioridad en una serie de arquetipos, y a partir de ellos trazar un retrato de sí mismo. El Loco, el Mago, el Colgado son aspectos dentro de cada uno de nosotros, y al verlos reconocemos su impacto en nuestras vidas.
“¿Qué me depara a vida?”, preguntamos al Tarot, y sus Arcanos nos responden: “Eso depende de la dependencia que tienes del instinto, de la sabiduría y de la duda en tu vida; de en qué medida dejas que cada uno de ellos tome el control de tu vida?”
De ese modo el Tarot nos muestra el camino que seguiremos de la mano de los arquetipos que representan a las fuerzas que nos influyen espiritualmente.
¿Cómo hacer una lectura de Tarot?
Las cartas fueron el mejor diseño que se encontró para que el Tarot llegase a más y más personas, y para que los llamados tarotistas pudieran transmitir su sabiduría hermética y cósmica. Se cree que fue en el antiguo Egipto donde las cartas adquirieron su forma definitiva, y que su diseño y número, en cambio, quedaron definidos en el siglo XIII, en la ciudad francesa de Marsella.
Estas 78 cartas (22 principales llamadas Arcanos Mayores, y 56 palos llamadas arcanos menores) son un lenguaje superior, que a través de imágenes te permite conocerte y reconocerte. Gran ventaja es que se trata de imágenes que todos podemos interpretar, pues son arquetipos que llevamos en el inconsciente colectivo mismo, como El Sol, La Luna, La Estrella, la Muerte...
Por ello, contrariamente a la creencia popular, no tienes que ser un psíquico para dar lecturas del Tarot. Cualquier persona está capacitada para hacerse con un mazo de cartas, de los muchos que existen (Marsella, egipcio, Vikingo, Masónico, Rider…) y proporcionar con él una visión de las verdades más íntimas de su ser superior a sí mismos y a las personas que le rodean.
Todo lo que hay que hacer es tomar un mazo del Tarot, barajarlo y hacerle preguntas importantes y vitales, de la manera más sencilla posible: “¿Esa persona me ama?”, “¿Conseguiré ese trabajo?”, “¿Me repondré de esta enfermedad?”...
Entonces se eligen cartas del mazo, y se colocan sobre alguna superficie. Se hace una interpretación de la carta o del conjunto de cartas que se hayan elegido De esa carta se obtienen una serie de consejos a partir de una predicción. Esto es lo que llamamos una lectura de Tarot.
¿Qué poderes se adquieren con el Tarot?
Las cartas del Tarot son una excelente herramienta para aumentar nuestra capacidad extrasensorial, pero no nos añaden nuevos sentidos o dones, pues no son (ni lejanamente) un objeto mágico. Son una herramienta para convocar, leer y predecir tendencias espirituales y ontológicas.
En otras palabras, las cartas nos brindan una conciencia más evolucionada de lo que ya sabemos en lo profundo de cada uno de nosotros. Por ejemplo, sabemos que La Muerte (representada por el Arcano Mayor XIII) es algo más que la muerte física, y que su presencia en nuestras vidas marca algo más que una amenaza.
Sabemos, desde antes de que el Tarot entre en nuestras vidas, que la Muerte es sinónimo de cambio, y tenemos la certeza de que para que algo cambio, es necesaria la muerte de una parte de sí: de creencias, de lugares, de hábitos… Quien se opone a la Muerte se opone al cambio.
Este Arcano nos ayuda a comprender esa necesidad, y darle utilidad en nuestras vidas También nos ayuda comprender cómo es que la relación con este Arcano nos va a tomar ciertas acciones o renunciar a tomar otras: es decir, a entrever nuestro futuro.